El consultor político, Gustavo Córdoba, repasó los resultados de la encuesta de su consultora sobre la imagen del presidente Milei con datos que deberían ser alarmantes para el Gobierno. “En julio del 2008, Cristina tenía 72% de aprobación. En el caso de Mauricio Macri, por julio del año 2016, estaba con 66% de aprobación, y en el caso de Alberto Fernández, en julio del 2020, tenía casi 75% de aprobación. Si lo comparamos con la imagen actual de Milei, hay una diferencia importante entre 25 y 30 puntos promedio por debajo, porque nosotros tenemos 43% contra 55% de negatividad”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Gustavo Córdoba es consultor político, director en la consultora Zuban Córdoba, y especialista en comunicación electoral y gubernamental. Es máster en Comunicación Política y licenciado en Ciencia Política.
Alejandro Gomel: Algunos números están dando un tipo de aumento en la imagen negativa de Javier Milei. ¿Cómo ves esta situación? ¿Es cierto que la imagen del Presidente empieza a caer? ¿Empieza a haber un cierto cansancio?
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Hay varias cosas que se pueden contabilizar. Hay un contexto que explica la negatividad de la mayoría, por no decir la casi totalidad, de las imágenes de la dirigencia política argentina. Quizás si estuviésemos en un proceso económico opuesto, con pleno empleo, distribución equitativa de la riqueza y demás, quizás la imagen sería positiva.
Pero lo que predomina es la negatividad, y en el caso del presidente Milei, hay dos cosas para decir del Gobierno. La primera tiene que ver con la instalación de una narrativa del Gobierno, porque en función de lo que ellos preveían debería estar no tan bien como ellos creen que están ahora, y la verdad es que lograron instalar con éxito una imagen alta de Milei.
Lo que sí tendríamos que tener en cuenta es cómo estaban los tres presidentes anteriores a Milei en el séptimo mes de mandato, para poder hacer una comparativa más o menos equivalente. Vos me dirás, “bueno, pero cada uno tuvo su contexto”. Claro que sí, Alberto Fernández tuvo la pandemia, Macri tuvo las expectativas de su primer año de gestión, y lo mismo Cristina Fernández.
Ahora, en julio del 2008, Cristina tenía 72% de aprobación. En el caso de Mauricio Macri, por julio del año 2016, estaba con 66% de aprobación, y en el caso de Alberto Fernández, en julio del 2020, tenía casi 75% de aprobación. Si lo comparamos con la imagen actual de Milei, hay una diferencia importante entre 25 y 30 puntos promedio por debajo, porque nosotros tenemos 43% contra 55% de negatividad.
Como para arrancar el análisis de esto a mí me queda, no lo que pasó en estos siete meses, sino los tres años y cinco meses que le quedan de mandato a Milei, en el sentido de que no hemos visto, en nuestro país al menos, algún presidente que haya recuperado imagen de manera galopante. Sólo sucedió con Carlos Menem en plena convertibilidad.
Lo que tiene por delante Milei es un desafío enorme, porque los tiempos se le van acortando, ya tiene las herramientas que pidió para cambiar la economía del país, la recuperación en V es una cuestión que va a distar mucho de darse, al menos en el corto plazo.
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AG: Ya casi ni se habla de eso, ¿no?
Todas las iniciativas políticas que tomó este Gobierno murieron al día siguiente, dejaron de ser agenda. La sobre generación de expectativas es un problema porque mucha gente suspendió cierta dosis de republicanismo a la espera de una recuperación económica. Y ahí hay un pequeño problema porque no podemos suspender o hacer la vista gorda ante la persecución a medios de prensa o periodistas, que ha sido algo sistemático, no es un hecho esporádico de este Gobierno.
Creo que hay un punto en el cual la recuperación va a distar mucho más, quedó claro que el Gobierno de Milei ha hecho el 50% o menos del ajuste que debería haber hecho. Si le preguntas a la gente si cree que el ajuste ya está hecho, con lo que está pagando hoy de servicios, te dice que sí, claro. Pero en realidad estamos a la mitad de la cuesta. Ahí la dimensión del tiempo se torna particularmente compleja para el Gobierno.
Elizabeth Peger: Si medís la sensación de fin del ajuste en mayo la sociedad decía “ya estamos en el final del ajuste”, pero el ajuste después sigue y esa sensación puede empezar a cambiar. ¿Eso puede ser un elemento para evidenciar algún límite en la paciencia social con Milei?
Tu mirada es muy acertada, y habría que agregar que hay ciertos sectores de votantes moderados que sufragaron por Milei, por distintos motivos, que quizás en la alternativa legislativa del año próximo, encuentran alguna excusa o argumento para no votar al Gobierno.
A propósito de lo que pasó en Francia, donde hubo una especie de cerco sanitario electoral entre el centro del sector de la izquierda para evitar el triunfo de la extrema derecha, y planteamos qué pasa si eso se hace en la Argentina, ¿La gente estaría dispuesta a votar algo así o no? Un 49% nos dijo que sí y un 42% nos dijo que no.
Acá el dato per se es que hay una idea mayoritaria de ponerle límite a Milei. Si pensamos que solamente un 42% estuvo en desacuerdo, y sabemos que Milei sacó el 57%, se está viendo que hay una parte de los votantes de Milei que está cambiando de actitud. De hecho, si se toma el dato desagregado del voto de segunda vuelta, tenemos el 20% de los votantes de Milei están de acuerdo con ponerle un límite al Presidente. Ese es un dato que me parece extraordinario.
Ahora, con mucho realismo, hay que plantear también que hacer operativa esta idea es muy compleja. Desde los egos de los dirigentes, hasta las realidades políticas de los espacios políticos. Hay muchos espacios políticos hoy en Argentina que están en la oposición pero que pareciera que son oficialistas, y no creo que concurran tan fácilmente en un único frente electoral al solo efecto de ponerle límites al Gobierno.
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EP: ¿En cuánto se puede pensar que se mantiene cierta adhesión a Milei en relación a la no aparición en el escenario de una oferta opositora más real o concreta? Justamente lo que no se ve por ahora.
El triunfo de Milei el año pasado desafió de una manera absoluta la política argentina, y a toda la política argentina, no solamente el oficialismo de ese momento. Creo que los puso en una situación sumamente incómoda porque ganó alguien que, hace tres años, no tenía partido político, y mismo aún hoy no lo terminó de conformar. No tiene representación en las provincias, no tiene gobernadores ni intendentes. Tiene una representación legislativa realmente baja.
La política argentina es la que debe aggiornarse en la lógica de que cambió la sociedad argentina. Porque quizás la política le habla a la sociedad de un modo que ya no se entiende, o quizás se habla a un lugar donde la sociedad ya no está. Esto es dramático para la política tradicional, evidentemente tienen que actualizarse, no quedó otra. Ahí está el proceso inicial, después vendrán las figuras importantes.
EP: ¿Es algo complejo?
El mileísmo es una caracterización que quizás no tenga los votos de Milei. Lo vimos en las elecciones provinciales del año pasado, lo vimos en la elección de Río Cuarto ahora. En el mismo lugar donde Milei sacó 80% en el balotaje, su candidato a intendente sacó 4%.
¿Cuál es la cuestión? El voto de traslado es una ocasión muy rara de darse últimamente en las elecciones. Entonces ahí hay una apuesta para la oposición, porque no es fácil para el Gobierno ir a levantarle la mano a un candidato que nadie va a conocer en una provincia, donde el único condimento que va a tener es decir, “Yo soy el candidato de Milei”. Aun así, yo no sé si es una oportunidad muy oportuna para votarlo.
EP: ¿Entonces lo que tendría que hacer la oposición es acercarse un poco más al estilo Milei o a su línea de discurso?
No, justamente lo contrario. Nosotros al informe que difundimos lo titulamos “Miradas enfrentadas”, porque le dimos a la gente una serie de temas como democracia, salud pública, bajar la pobreza, mejora de ingresos, seguridad, educación pública, funcionamiento de instituciones, bajar la inflación, alquiler accesible, libertad de prensa, defender el medio ambiente y etc. Hubo dos propuestas: ¿Qué tan importante son cada uno de estos temas? ¿Qué grado de importancia le asigna el Gobierno a cada uno de estos temas?
Lo que resultó de la encuesta fue que la sociedad le da importancia casi en un 100% a la salud pública y a bajar la pobreza. Esos son los dos primeros temas de casi la totalidad de las respuestas. Ahora, cuando la pregunta es cuánta importancia le da el Gobierno, lo primero que aparece es bajar el gasto público y bajar la inflación. Hay intereses y aspiraciones contrapuestas entre la sociedad argentina y el gobierno de Milei.
¿Por qué no se resuelve esto a favor de la sociedad? Porque hay una expectativa y una suspensión de cierto republicanismo de la clase media, que hace la vista gorda a la espera de una recuperación económica. El dilema para Milei es que el opositor más feroz que tiene es el tiempo, cada día que pasa sin producir resultados económicos positivos, esa sobre generación de expectativa le va a empezar a jugar en contra.
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Claudio Mardones: Hubo muchos rumores de que en el Palacio Barolo se encontraron Máximo Kirchner, Sergio Massa, Guillermo Moreno y Axel Kicillof. Finalmente hubo un encuentro con representantes técnicos de cada uno en un marco de una discusión más vinculada a cuestiones de la coyuntura que a una señal política. ¿Cómo llega ese peronismo a ese escenario que estás describiendo? ¿Tiene alguna posibilidad en este contexto de articular una foto de unidad? ¿le resulta positivo? ¿o es mejor mantener un discreto segundo plano hasta que calme la tormenta?
Yo creo que hoy la oposición debe buscar un proceso de partitura y de transparencia, y buscar temas que sean compartidos por una amplia mayoría de personas. Por ejemplo, la educación pública, que tiene casi un 100% de importancia para la sociedad en nuestra encuesta, y es un valor transversal a todos.
Es una consigna unificadora. Yo trataría de utilizar pocas consigas porque creo que hay dos etapas. La primera, las elecciones legislativas del año próximo, y la otra el 2027. Propondría metas muy acotadas como un intento de construcción de algo diferente, nada demasiado exagerado, y no es malo que se junten.
Ahora, también está claro que hoy la oposición, en términos económicos, no tiene de dónde apoyarse. Veo muy complejo que puedan decir, “nosotros ahora vamos a hacer las casas que la sociedad necesita”. El expertiz inmediato de todos los que gobernaron en Argentina es el fundamento por el cual Milei hoy se sostiene.
Si no le ofrecen a la sociedad argentina algo distinto, algo que tenga una tonalidad y un contenido diferente, Milei tiene chances de hacer una muy buena elección el año próximo.
MB VFT
Publicado en Perfil