El ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, llega este martes a la Argentina para «discutir» la venta de los 24 aviones caza F-16 de origen estadounidense, que el gobierno nacional tiene en mira para modernizar la capacidad de combate de la Fuerza Aérea.
El funcionario danés se reunirá el próximo martes con su homólogo argentino, Luis Petri, en el edificio Libertador del bajo porteño para apuntalar la agenda de cooperación bilateral pero con un objetivo principal: dar pie al camino que marcó el presidente Javier Milei cuando anunció que el país optaría por los caza supersónicos de Estados Unidos por sobre otras opciones, como la china o la india, en lo que fue una de sus demostraciones más claras del alineamiento pro-Occidente en materia de política exterior.
«La visita del ministro de Defensa del Reino de Dinamarca responde a un proceso que tiene por objetivo los primeros pasos de este proceso es formalizar de manera presencial, un contacto inicial entre las autoridades de ambos gobiernos, a efectos de establecer una relación de conocimiento mutuo, estrechar lazos de amistad y cooperación», indicaron fuentes de la cartera de Defensa a PERFIL.
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Por su parte, antes de abandonar Dinamarca el funcionario aseveró a medios locales que el gobierno está en «en negociaciones reales sobre una venta a Argentina» de los 24 aviones que les quedan, después de la donación de otros 19 que fueron para Ucrania.
La iniciativa tiene que ver con el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas en su carácter defensivo, un área que fue relegada en materia de presupuesto en las últimas décadas hasta la creación del Fondef. En el caso de los aviones supersónicos, el gobierno argentino comenzó con las tratativas desde 2016, después de que la Fuerza Aérea diera de baja los caza Mirage III tras cuatro décadas de servicio.
Las opciones que se barajaron sobre la compra de aviones caza
Desde entonces se bajaron varias opciones con criterios que fueron desde lo financiero, técnico y geopolítico. Además de ser una inversión multimillonaria, que oscila entre los 600 y 700 millones de dólares, la compra de ese nivel de material bélico supone un vínculo a largo plazo con el proveedor, en relación a la compra de sus sistemas de armas, repuestos y otros servicios asociados.
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Por ejemplo, uno de los costos que se tiene en cuenta es el entrenamiento de los pilotos argentinos desde que comienzan a volar hasta que está listo para el combate, que oscila entre 550 mil y 730 mil dólares cada uno, según estimaciones oficiales a las que accedió PERFIL.
«Es un ciclo que va desde el entrenamiento básico hasta que está apto combate. Un piloto de combate puede llevar 5 años, mientras que uno entrenado que tiene que pasar de un sistema a otro puede hacerlo en un año (migras de un sistema a otro)», indicaron fuentes militares a este medio.
Hacia el final de la gestión de Alberto Fernández, los usados F-16 estadounidenses eran preferidos por su comprobada eficacia -son utilizados por 26 países- mientras que los nuevos Thunder JF-17 chinos atraían por las posibilidades de financiamiento pero sembraban la duda respecto a su funcionamiento. En el último tramo se sumaron los HAL-Tejas de la India, quizás una tercera opción que escapaba a la competencia bilateral de las dos grandes potencias.
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En 2023, varios altos funcionarios norteamericanos viajaron a Buenos Aires e hicieron hincapié en la cooperación en Defensa, atentos a la oferta china de aviones y otro tipo de armamentos; incluida la número dos del Departamento de Estado, Wendy Sherman, y la jefa del Comando Sur, Laura Richardson.
En octubre pasado, Estados Unidos autorizó la venta de los 24 aviones F16 a Argentina, pertenecientes a la Fuerza Aérea Real de Dinamarca, remodelados y aptos para su utilización. En ese momento, la vicesecretaria adjunta de Seguridad Regional, Mira Resnick, informó de que el Congreso estadounidense había aprobado la transferencia de aviones a la Argentina, algo que resultaba de «interés nacional para Estados Unidos».
Desde entonces rigió el hermetismo respecto a las posibilidades de financiamiento para una economía en números rojos como la argentina, y por la incertidumbre asociada al radical cambio de gobierno en el país. Con Milei en la Casa Rosada, todo apunta a que buscará anotarse el gol de los aviones caza a favor, un reclamo que la Fuerza Aérea viene haciendo hace al menos dos décadas. A tal fin, su comitiva recibirá al ministro danés para discutir los «términos y condiciones» de una posible venta.
CD / ED
Publicado en Perfil